Los funcionarios de frontera de Nueva Zelandia reciben a la mitad de los viajeros que entran por vía aérea a través de los puntos automatizados SmartGates, que utilizan el chip de los pasaportes electrónicos y el reconocimiento facial para confirmar su identidad, informa un artículo de Dominion Post.

Considerando el creciente éxito de este método, el gobierno neozelandés ha valorado disminuir la edad requerida para que sus ciudadanos porten este tipo de pasaporte con chip y sean escaneados mediante reconocimiento facial, la que hasta ahora es de 18 años y se reduciría a 16 ó 17.

Se han considerado otros planes para aplicar la seguridad biométrica, tales como introducir el reconocimiento facial en las terminales al descenso del avión, así como vincular el procesamiento digital con Australia para que los viajes entre estos dos países se perciban más bien como vuelos domésticos.

Adicionalmente, Nueva Zelanda está valorando ampliar el programa SmartGate a viajeros de otros países y no solo de Australia.

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