El largo camino para el empleo de biometría en salidas de EEUU
19 February, 2016
category: Biometría, Control fronterizo, Gobierno, Huellas digitales, Iris, Pasaporte electrónico
Los avances en la tecnología biométrica finalmente conducen a un mejor control de los viajeros foráneos
Los Estados Unidos han estado recopilando datos biométricos de los viajeros foráneos que entran al país durante más de una década. Tiempo atrás en 2002, US-VISIT – ahora la Oficina de Gestión de Identidad y Biometría – recibió la tarea de crear un sistema para capturar datos biométricos y asegurar que los individuos no estaban en una lista de vigilancia. Solo tomó un par de años implementar la entrada biométrica en los aeropuertos del país.
Resultó bastante sencillo gracias a la arquitectura de los aeropuertos de nuestro país. Están diseñados para garantizar que los viajeros extranjeros a su entrada pasen por puntos de chequeo, que se recoja la información del viajero y se chequee antes de entrar al país. Pero la salida desde los aeropuertos internacionales es otra historia.
La misma ley que estableció la entrada biométrica, demandó un sistema biométrico para las salidas. Recoger datos biométricos al momento de la salida, ayudaría a garantizar que el viajero ha abandonado oficialmente los Estados Unidos. Sin embargo, implementar un sistema biométrico para la salida ha resultado ser un problema increíblemente difícil.
El problema se produce en gran medida por la forma en que están diseñados los aeropuertos. Cuando los viajeros foráneos salen del país no existen puntos de chequeo, como los que encuentran a su entrada. Los viajeros se dirigen a un asistente de la aerolínea, muestran un pasaporte, pasan por seguridad, se suben al avión y parten. Los vuelos domésticos e internacionales suelen compartir las mismas puertas, de manera que la misma infraestructura que se usa para una salida hacia el extranjero puede ser utilizada para un vuelo a Milwaukee solo unos minutos o unas horas después.
Las demoras en implementar la salida biométrica han sido un punto neurálgico para el Congreso y volvieron a ser centro de atención en una audiencia celebrada en enero. En el Senado se efectuó una audiencia del Comité Judicial, Subcomité sobre Inmigración e Interés Nacional, con un título elocuente “¿Por qué todavía no existe el sistema de control biométrico en las salidas?”. Los senadores expresaron frustración por la falta de avance y uno de ellos de veras preguntó “Si Disneylandia puede hacerlo ¿por qué no puede el gobierno de Estados Unidos?”
Un testimonio por escrito de funcionarios de Seguridad Nacional describió el problema. Reconstruir áreas en aeropuertos estadounidenses para la salida de vuelos internacionales es una solución, pero costaría miles de millones de dólares. La otra opción citada comúnmente es un enfoque de fuerza bruta que implica contratar funcionarios para realizar una inspección manual a los viajeros que salen. En base a la experiencia de un programa piloto, la CBP (Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU) posiblemente necesitaría entre siete y nueve funcionarios para la gestión de solamente una aeronave grande. En total, esta solución requeriría 3,400 funcionarios adicionales con un costo promedio anual de $790 millones.
En la década pasada Seguridad Nacional probó más de una docena de métodos diferentes para la salida biométrica. Uno de los primeros programas incluía que hubiera funcionarios de la CBP en las puertas de salida utilizando escáneres biométricos y otro hardware para controlar las salidas. Este método tipo Robocop resultó ineficiente.
Tecnología mejorada brinda prometedores resultados
Desde esa época los programas piloto han sido más sofisticados, con proyectos recientes que están ensayando diferentes tecnologías y modalidades biométricas en los cruces fronterizos terrestres y en los aeropuertos, explica Kim Mills, directora de la Oficina de Transformación de entrada/salida en la Oficina de Operaciones de Campo para Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.
Gran parte del progreso reciente es una combinación de tecnología mejorada con costos reducidos, señala Mills. En el 2009 CBP realizó una prueba piloto en el Aeropuerto Metropolitano de Detroit en la cual los funcionarios capturaron datos de documentos de viaje, huellas digitales y otras informaciones de los viajeros foráneos que parten a través de puertas seleccionadas. Detroit tenía algunas puertas con pasarelas que conducían a grandes salones. Si usted era un viajero extranjero que estaba de salida, le indicaban pasar a uno de esos salones donde sus datos de salida serían recogidos.
Aunque la solución funcionó, no era la ideal debido a la logística de la puerta. No existía conectividad en tiempo real con un sistema back-end y requería mucho trabajo. La CBP tenía que dedicar siete funcionarios a procesar los viajeros de forma simultánea con el fin de asegurar que no se retrasara el vuelo, explica Mills. En Detroit esto puede haber sido factible porque no hay muchos vuelos internacionales al mismo tiempo, pero con otros aeropuertos como el JFK de Nueva York la situación es diferente, pues pueden salir 37 vuelos simultáneamente. “Financieramente no era factible por el costo que implica los funcionarios de la CBP”, señala.
Pero CBP aprovechó la experiencia de ese programa piloto y le sirvió de base para nueva tecnología, adicionando un mejor dispositivo portátil que pudiera funcionar en una situación que se confrontara en las puertas del aeropuerto. El sistema emplea un teléfono inteligente listo para usar, con hardware añadido que captura la huella digital y los datos biográficos necesarios. Tiene conectividad en tiempo real a un sistema back-end de modo que los funcionarios pueden ser notificados si hay algún problema. Actualmente está siendo probado en 10 aeropuertos en diferentes lugares de EEUU.
Posteriormente en este año la CBP tiene planes de implementar una prueba de campo de salida biométrica que ensayará la obtención de imágenes de rostro e iris de nacionales extranjeros que parten de aeropuertos estadounidenses. Este programa debe ayudar a definir la factibilidad de recoger datos biométricos en movimiento.
Por tierra y también por mar
Aunque los aeropuertos pueden atraer mucha atención, los cruces de las fronteras terrestres también están explorando las nuevas tecnologías. Otay Mesa en California comenzó a probar el reconocimiento facial y de iris a principios de este año. Unos 16,000 viajeros cruzan diariamente la frontera entre Estados Unidos y México por Otay Mesa.
Los viajeros registran sus documentos de viaje – ya sea la tarjeta pasaporte o la SENTRI – en un quiosco donde también se captura la biometría facial y de iris. Tanto la tarjeta pasaporte como la SENTRI emplean tecnología RFID de largo alcance que transmite un número de identificación en un rango de unos 20 pies.
Después que se registran en el programa, los viajeros inscritos caminan por diferentes sendas que escanean el documento de identidad y autentican al individuo con los datos de biometría facial o de iris, dice Mills. Algunos de los datos biométricos son capturados mientras el viajero está caminando, mientras que otros requieren pararse y mirar al escáner. “El sistema vuelve a la base de datos y realiza una comparación de uno-a-uno para ver si la información capturada coincide con la que se registró previamente”, explica.
Aunque los dispositivos móviles en los aeropuertos y en la frontera terrestre de Otay Mesa ensayan nuevas tecnologías, la CBP también trabaja con el Directorio de Ciencia y Tecnología de Seguridad Nacional sobre nuevos conceptos adicionales tanto para la entrada como para la salida biométrica, dice Mills.
Ciencia y Tecnología tiene una instalación de pruebas en Maryland que puede reconfigurarse fácilmente para diferentes esquemas de entrada y salida en un entorno parecido al mundo real. “Todos los días podemos examinar 1,300 personas de diferentes países y diferentes edades para ver cómo reaccionan”, explica Mills.
Aunque la salida biométrica ha tomado mucho más tiempo que su contraparte de las entradas, estos complejos problemas están siendo abordados mediante el uso creativo de tecnologías avanzadas. La CBP continuará ensayando diferentes sistemas y enfoques en su continuo esfuerzo por fortalecer los procedimientos de salida.