Damian Green, ministro de inmigración de Gran Bretaña, pasó por una trituradora el último de los discos duros contentivo del registro nacional de identidad, que es parte de un programa de tarjeta nacional de identidad, con el fin de destruir todos los datos que existían en sus unidades de disco, informa un artículo de The Guardian.

Green, que fue un enérgico opositor desde su introducción, afirma que la cancelación de ese esquema no se debe a necesidades de ahorro económico, sino a que por principio es algo erróneo para los ciudadanos de esa nación y resultaba inútil para sus portadores.

El ministro prosiguió haciendo mención de que él es aún partidario de los permisos biométricos de residencia, ya que éstos le posibilitan al portador un mejor acceso al empleo en el Reino Unido y que no es para nada tan invasivo de la privacidad como el programa nacional de identidad, que tenía 59 campos de datos para cada ciudadano.

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