Peculiares “huellas digitales” ayudan a analizar el comportamiento en ciudades
23 June, 2009
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El Periódico.com de Barcelona nos trae un interesante artículo sobre el Bicing, un servicio de alquiler de bicicletas públicas en la ciudad, para analizar el comportamiento urbano.
La tecnología es testigo de cómo se comportan las personas de una ciudad. Al ir en metro, al hablar por móvil, al pasar ante una cámara de tráfico, el ciudadano va dejando señales, que pueden ser recopiladas y analizadas. Estas marcas fueron bautizadas como huellas digitales, tan fieles a la realidad como las otras huellas digitales (la de los dedos). Si se suman todas las marcas que dejan las personas de una ciudad, pueden extraerse interesantes conclusiones.
Los investigadores del departamento de I+D de Telefónica, a partir de las huellas digitales que dejan los usuarios del Bicing, han dibujado un mapa de la movilidad de Barcelona. «Hasta ahora los modelos de movilidad se hacían a través de cuestionarios, ahora pueden ser mucho más precisos porque tenemos información sobre cómo se mueven realmente las personas», explica Nuria Oliver, directora del proyecto.
El equipo de Oliver recopiló durante 13 semanas (del 27 de agosto al 1 de diciembre del 2008), cada dos minutos, las cifras de bicicletas disponibles y de plazas vacantes en 390 estaciones del servicio municipal del Bicing. Reunieron más de 26 millones de datos, con los que han extraído algunas de las pautas culturales y sociales de los barceloneses.
Los resultados del estudio se presentarán el próximo mes en uno de los principales congresos de inteligencia artificial, el IJCAI de Pasadena (California), pero Oliver ya adelantó algunas conclusiones en el BDigital Global Congress de Barcelona. Por ejemplo, la costumbre de los barceloneses de comer más tarde que el resto de europeos se constata al comprobar que las estaciones del Bicing registran un pico de actividad a las dos de la tarde los días laborables, porque mucha gente se traslada del trabajo a su casa en bici. Los otros momentos de mayor intensidad son por la mañana y la tarde, coincidiendo con el inicio y el final de la jornada laboral. Los viernes, en los que algunas oficinas hacen jornada intensiva, hay poca actividad, y los fines de semana el uso es menor.
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