El proyecto europeo FlexSmell está explorando posibilidades sobre materiales de embalaje a los que puedan imprimírsele sensores y antenas RFID para controlar la calidad durante la transportación.

El proyecto, que comenzó este año, combina sensores orgánicos e inorgánicos con RFID integrado, para producir embalajes de víveres que recojan datos sobre sus contenidos y modifiquen la forma de evaluar la seguridad de los alimentos.

Sensores químicos y de presión recogerán datos sobre la modificación de las condiciones dentro del embalaje de víveres, incluyendo los impactos que puedan sufrir los paquetes durante la transportación. Esa información podrá ser transferida entonces vía RFID a los operativos. Esto permitirá a los empaquetadores y a los transportistas de productos alimenticios controlar la frescura y los eventuales daños a la mercancía en tránsito.

La compañía empaquetadora italiana Carton Pack y el productor alemán de sensores BoTest se han asociado para operar cuando el proyecto esté terminado.